25 de noviembre de 2013

Baila y bebe, que la vida es breve.

"Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría".
Rabindranath Tagore, poeta y filósofo indio.


Hola visitantes, bienvenidos a la paz de esta hermosa montaña, pero pasad, entrad en mi acogedora cabaña, no os quedéis a la intemperie y, por favor, nada de formalismos, como si estuvieseis  en vuestra propia casa. 


Hoy, quien debería escribir ésto, mi Creador, al parecer está muy ocupado con sus cosas de simple mortal, y me ha pedido (espero que sin que sirva de precedente), que os diga de Su parte, que hoy se siente contento. No, no me preguntéis porqué pues yo tampoco lo sé, ni me lo explico, sobretodo teniendo en cuenta que hoy es lunes y que hace un día de perros, ambas cosas intrascendentes para una criatura como yo, pero tan influyentes en vuestros frágiles ánimos humanos. Lo que sí sospecho es que ésto no viene de hoy, pues son ya varios los días en que le observo pasear por doquiera que va con una sonrisa cuasi-idiotesca, pero el hecho que malicia definitivamente mi aventurada conjetura es la premura con que me instó a comunicaros su buena nueva: -"No has de demorarte, Hijo mío, pues bien es sabido que poco es el tiempo que la alegría dura en casa del pobre." 

"L' Orfeo, favola in musica: Vi ricorda...".

Vi ricorda, o boschi ombrosi,
de' miei lunghi aspri tormenti,
quando i sassi a' miei lamenti
rispondean fatti pietosi ?

Dite, allor non vi sembrai
più d'ogni altro sconsolato?
Or fortuna hà stil cangiato
ed hà volti in festa i guai.

Vissi già mesto e dolente,
or gioisco e quegli affanni
che sofferti ho per tant'anni
fan più caro il ben presente.

Sol per te, bella Euridice,
benedico il mio tormento.
Dopo 'l duol viè più contento, 
dopo il mal viè più felice.
¿Recordáis, sombríos bosques, 

mis largos y amargos tormentos, 
cuando las rocas,  apenadas, 
respondían a mis lamentos?

Decid, ¿no os he parecido 
la criatura más desconsolada?
Ahora la suerte ha cambiado
y ha cambiado mi pena por alegría.

He vivido triste y desgraciado,
ahora gozo y aquellos sufrimientos
que he sufrido tantos años,
hacen más querido el bien presente.

Sólo por ti, bella Eurídice, 
yo bendigo mi tormento.
Después del dolor se está más contento, 
después del mal se es más feliz. 
"L'Orfeo. Favola in Musica", obra con que Claudio Monteverdi abrió camino a la ópera -casi tal y como la conocemos actualmente- a principios del s. XVII. Consta de un prólogo y 5 actos, con libreto de Alessandro Striggio 'el Joven', basado en la ópera pastoral 'Euridice' (1600), del compositor Jacopo Peri y del poeta Ottavio Rinuccini.
La acción de este hermoso aria se sitúa en bucólico escenario campestre en el que ninfas y pastores celebran el anuncio de la inminente boda entre el famoso cantor de la Tracia, Orfeo, y la bella ninfa Eurídice. En tan festivo ambiente, el dichoso Orfeo relata a sus amigos cómo se enamoró de su amada y cómo, a su vez, se vio correspondido, haciendo hincapié en cuán diferentes eran las cosas antes de tanta buenaventura, cuando vagaba entre sombríos bosques sintiéndose triste y desgraciado. 
Como buena criatura en deuda eterna con su Creador, he de pediros que no le tengáis muy en cuenta este desplante; creámosle en su incapacidad, en sus limitaciones físico-temporales, regocijémonos con Él que, al fin y al cabo, no le ha de faltar razón; si son dos días, ya veréis qué pronto le veremos por aquí y, me da a mí, que arrastrando algún pesar. 

Apostamos...

O no.





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